Luego de un conflicto de varios meses, la comuna dejó de negociar y aplicará un sistema alternativo de vigilancia
Se tiraron a la laguna, formaron un círculo tomados de las manos al lado del puente y luego se retiraron.
El llamado de atención lo hicieron en el marco de la inauguración del puente Garzón esta mañana, en donde participaron autoridades nacionales y del departamento.
Las negociaciones entre la Asociación de Guardavidas de Rocha y la comuna rochense se extendieron durante varios meses sin haber llegado a un acuerdo sobre el contrato de trabajo.
Los guardavidas reclamaban que el contrato se extendiera a un año y no a siete meses y medios como era hasta ahora. Así, podrían tener cobertura médica y aportes jubilatorios durante ese tiempo. Sin embargo la adminstración de Aníbal Pereyra no está dispuesta a hacerlo, debido a que, luego de cinco años, los trabajadores tenían la posibilidad de convertirse en funcionarios del departamento, y la comuna no quiere aumentar su plantilla.
Luego de varias idas y venidas, la intendencia de Rocha le puso punto final a las negociaciones y lanzó tres llamados para poner en marcha un plan alternativo de seguridad en las costas del departamento.
El plan de la comuna es reducir a la mitad la cantidad de puestos de vigilancia, por lo que los nuevos trabajadores contratados deberán ampliar su área de control.
Los llamados solicitan a enfermeros y rescatistas, así como también a conductores de motos acuáticas que se usarán en casos de emergencia. De este modo, los guardavidas -que este verano no trabajarán- criticaron el sistema por considerar que ponen en riesgo la seguridad de los bañistas, ya que entienden el perfil de los trabajadores buscados no coincide con las habilidades que tienen los guardavidas.
